Durante los primeros meses de vida, el bebé se encuentra en un estado de fusión con su mamá, desconociendo que son dos personas diferentes.
Es recién cerca de los 8 meses (a veces antes, y otras después) que empieza a comprender que son dos personas separadas y distintas. Y por esto, teme separarse, y se angustia mucho cuando su mamá se va o no la ve (a pesar de que esté en casa) ya que aún no sabe que aquello que no ve, sigue existiendo.
Que los objetos existen aunque no los vea es una noción que también tendrá que ir construyendo. En este momento, para el bebé lo que no ve, desaparece para siempre, no existe. En este caso, la mamá.
Esta angustia que también se denomina “angustia de separación” dura algunos meses; en algunos casos se vive con más intensidad que en otros. Y con el transcurrir del tiempo, va desapareciendo.
No es un capricho, no es patológico. Se trata de una etapa necesaria, por la que todos los bebés pasan y que indica que están creciendo.
¿Cómo se manifiesta?
- Quiere upa todo el tiempo.
- Está más irritable y sensible.
- Pide más teta que lo habitual.
- Se despierta más veces durante la noche, y a veces llorando y angustiado.
- No quiere que nadie lo aupe (a pesar de que hasta ese momento no tenía problema con esto).
- Llora desconsoladamente cuando la mamá se va a trabajar o simplemente al baño!.
¿Cómo podemos acompañar?
- Mucha paciencia.
- Brindarle toda la cercanía y contacto que nos pida (si debemos salir a trabajar, cuando volvemos estar juntos y cerquita).
- Poner palabras a la angustia que sienten.
- Explicarle que debemos irnos pero que volveremos, y que mientras tanto se quedarán con quién los cuidará.
- Si vamos al baño, por ejemplo, hablarles mientras tanto, acompañarlos con la voz.
- Juegos como “Dónde está mamá? Acá está!” o esconder juguetes debajo de una tela para que los descubra.
- Hacer colecho (aunque no lo hiciéramos), a veces, ayuda a descansar mejor.
- NO irnos a escondidas, sin avisarles.
- NO dejarlos llorar solos.
- NO es un buen momento para hacer cambio de habitación ni pasar de la cama de mamá a su cuna.
Es una etapa difícil y agotadora, que también nos genera angustia a las mamás, especialmente si tenemos que irnos fuera de casa y nuestro bebé se queda angustiado… pero como les conté forma parte del desarrollo de nuestro bebé, tratemos de acompañarlos en sus necesidades de manera respetuosa y empática, sabiendo que no durará para siempre!
Cómo atravesaron esta etapa? Alguna otra sugerencia para acompañar a nuestros hijos? Cuentennos sus experiencias!