Ofrecer o no chupete suele ser un tema controvertido. Hay quienes dicen que sí, otros que no. La realidad es que ofrecerlo debería ser decisión de cada familia en base a información válida y actualizada (como tantos otros temas!).
La confusión Tetina – Pezón
En lo que refiere a la lactancia, recomendamos no ofrecerlo antes de que esté establecida ya que puede generar lo que llamamos “confusión tetina pezón”.
Algunos bebés (no todos, pero no podemos saber de antemano cuál sí y cuál no), si les ofrecemos el chupete antes de que hayan logrado una buena lactancia, pueden confundirse a la hora de agarrar la teta y de succionar, y esto puede generar dificultades en esa lactancia que está comenzando.
Cuando el bebé toma la teta, debe abrir bien grande su boca para que entre una buena porción de pezón/areola dentro de su boquita y acanalar la lengua, de manera que no genere dolor en la mamá y que pueda lograr una buena transferencia de leche.
En cambio, al agarrar el chupete, el bebé debe mantener su boca más cerradita, y presionarlo con las encías, para que no se le “escape” y se le caiga.
Entonces, en algunos casos, puede ocurrir que si el chupete fue introducido tempranamente, el bebé confunda lo que debe hacer en la teta y la intente agarrar como el chupete, prendiéndose sólo del pezón, complicando la lactancia.
¿Cuándo es el momento oportuno para ofrecerlo?
Si queremos ofrecer el chupete a nuestro bebé debemos hacerlo en el momento oportuno. Esto es cuando la mamá no tiene dolor durante las tomas, no tiene los pezones agrietados, el bebé ya recuperó su peso de nacimiento y tiene un buen aumento de peso. Esto generalmente se da alrededor de los 20/30 días de vida.
Allí podemos probar si el bebé lo quiere o no (hay quienes lo rechazan por más que intentemos con distintos modelos), y en caso de que lo acepte, utilizarlo en momentos puntuales que el bebé pueda necesitarlo para calmarse y regularse, y que no pueda hacerlo en la teta. Por ejemplo, cuando tenemos que salir, queremos bañarnos o cuando vamos manejando, etc.
Un uso a conciencia
Con esto nos referimos a que el bebé no use el chupete la mayor parte del día, ya que al succionar el chupete gasta calorías sin recibir alimento, a diferencia de lo que ocurre con la teta, y esto puede entorpecer su aumento de peso. Además, puede demandar menos teta por estar succionando el chupete y estar tranquilo, y la mamá no detectar sus señales de hambre. Y a su vez, al disminuir el tiempo que estaría en el teta, también puede comprometer la producción de leche.
Tienen alguna duda? Dejen sus comentarios!