En el articulo anterior te contamos por qué el porteo es una herramienta indispensable en el puerperio y los primeros años de la mapaternidad. Pero sabemos que portear a veces genera dudas, por lo que te dejamos algunos tips para que puedas identificar si estás porteando de manera adecuada.
¿Cómo saber si logramos la posición correcta para el bebé?
1. Sostén: el portabebé debe adaptarse al bebé, y no viceversa. Esto es lo que llamamos “ajuste punto por punto”. Portabebés con paneles “rígidos”, acolchonados, no son recomendados, ya que es estos casos el cuerpo frágil del niño debe tomar la postura del portabebés, con lo cual muchas veces se fuerza su columna a posiciones no adecuadas.
2. Espalda: la columna vertebral del recién nacido debe estar en forma de C (vista lateral), recta (vista de frente) y el niño debe estar erguido. Para mantener esta postura, el bebé necesariamente debe ir siempre mirando al porteador, ya que si lo colocamos en el portabebés “de cara al mundo”, su columna se curvará en dirección opuesta a la deseada, y si va en posición cuna corre riesgo de ahogo por asfixia postural.
3. Piernas: deben estar flexionadas a 90º y respetando su ángulo de apertura, en lo que se denomina “posición M”. Las rodillas deben quedar más altas que el culito del bebé. Y el culito del bebé debe quedar a la altura de nuestro ombligo.
4. Cabeza: en bebés sin control cefálico (o en los mayorcitos cuando se han dormido), debemos sujetar su cabeza con un portabebé que le otorgue soporte, de manera que la misma no se bamboleé. Para lograrlo, el fular o la bandolera deben estar bien tensados, y las mochilas suelen traer una capucha que nos permite sujetar la cabecita. Un punto súper importante es cuidar que las vías aéreas del bebé estén siempre despejadas.
¿Y cómo saber si logramos la posición correcta en el adulto?
En este caso, la posición correcta será aquella que no nos haga modificar nuestro centro de gravedad. Es decir, aquella que no nos obligue a inclinarnos ni hacia delante, ni hacia atrás, para contrarrestar el peso del niño.
A su vez, debemos mirar que el portabebés tenga correas anchas, que distribuyan bien el peso del niño, y que las mismas queden a una distancia prudente de nuestro cuello (más específicamente… de nuestro músculo trapecio… ya que, sino, nos comenzará a doler el cuello).
El bebé y el adulto deben ser un solo cuerpo… El porteo es bastante intuitivo: si necesitás sujetar a tu bebé (ya sea su cabecita, su colita o su espalda) hay que reveer el portabebés y/o su colocación. Y recorda que portear no duele… Si algo nos duele, debemos reveer la colocación con una educadora de porteo, que nos ayudará a lograr la posición deseada.
Seguiremos ampliando sobre estos temas en próximas entradas.
¿Tenés alguna duda? Escribinos y contanos así en una próxima entrada, podemos hablar al respecto…
¡Feliz porteo!