Habiéndose producido los ajustes del período neonatal, el segundo mes de vida es un tiempo de reacomodación, los papás sienten entusiasmo y orgullo por cada logro de su bebé.
Ahora el bebé permanece más tiempo despierto y activo. Aparece la primera sonrisa intencional ante caras conocidas, algo que resulta súper emocionante para todas las familias.
Se comunican a través del llanto y sonidos intentando “charlar” (con vocales “aaa”, “eee”, “uuu”) y gorgojeos. El bebé en este período está muy interesado cuando se le habla cara a cara.
Algunos de los reflejos propios de los recién nacidos empiezan a desaparecer y otros seguirán presentes durante más tiempo.
Empieza a sostener la cabeza, aunque todavía de forma inestable y por poco tiempo. Puede levantar hasta los hombros cuando está boca abajo.
Sus manos están frecuentemente abiertas, empieza a descubrirlas, las mira y hasta puede llevárselas a la boca.
Fijan la mirada en objetos y personas cercanas y los siguen con sus ojos si estos se mueven. Perciben el movimiento, las formas y los colores. Su visión es más nítida, aumenta su curiosidad y sus ganas de conocer todo los que los rodea.
Comienza a mover la cabeza y el cuerpo para buscar los sonidos. Se despierta, parpadea o abre más los ojos ante estos. Se sobresalta ante los ruidos fuertes.
¿Como puedo acompañar el desarrollo del bebé?
- Hacele caricias y masajes suaves.
- Hablale, cantale, llamalo por su nombre. Anticipale lo que vas a hacer. Contesta sus vocalizaciones, devolvele la sonrisa.
- Establece contacto visual, lo ayuda a su desarrollo mental y emocional.
- Respeta su sueño siempre que sea posible.
- Evita multitudes, sonidos fuertes, mucho movimiento. Respeta sus ritmos.
- Permitile que se mueva en libertad. Acostalo boca arriba y boca abajo sobre una superficie firme (en el piso con una manta o alfombra) y colocale juguetes a su alrededor. No lo pongas en posturas que no domina por sí mismo.
- Ofrecele un objeto acompañante o de transición: trapito, toallita,etc. (aún no los puede agarrar pero sí sentir).
- Deja que se chupe la mano.
- Mostrale juguetes con ruido y colores brillantes para alentarlo a alcanzarlo.
- Generale rutinas, que todos los días sean casi iguales.
- Ofrecele consuelo siempre, el bebé no tiene manera de calmarse solo, puede hacerlo por agotamiento, pero esto no es sano para su desarrollo emocional. El amor y tus brazos nunca lo van a “malcriar”.