La Hora de Oro es el nombre que se utiliza para referirse al periodo inmediato al nacimiento, específicamente a la primera hora de vida del bebé (y algunos lo extienden hasta la segunda).
Durante el Trabajo de Parto se desencadena la secreción de diferentes hormonas en la mujer, que, pasarán a través del cordón y llegarán al bebé, produciendo que nazca en un estado de alerta tranquila, en el que todos sus reflejos y capacidades innatas estén activos.
De ahí la importancia de que inmediatamente luego del nacimiento (sea parto vaginal o cesárea), el bebé sea colocado en contacto piel a piel (COPAP) con su mamá, siendo una necesidad fisiológica de ambos el hecho de permanecer juntos.
Es decir que siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales, todas las intervenciones y procedimientos de rutina (pesar, medir, vacunar, etc.) deberían postergarse para después de estos primeros 60 minutos (aunque sabemos que se trata de un tiempo ideal, que no se cumple en las instituciones, a menos que se solicite explícitamente.)
Beneficios para mamá y bebé
El contacto entre mamá y bebé durante este tiempo tiene muchísimos beneficios para ambos, tanto a corto como a largo plazo. Algunos de ellos son:
Los recién nacidos presentan una mejor adaptación a la vida extrauterina: mayor estabilidad respiratoria, de la temperatura y la glucemia. Se reduce el llanto y disminuye la secreción de hormonas del estrés.
Los bebés están protegidos de los efectos negativos de la separación, la cual es vivida por el bebé como una amenaza para su vida.
Allí, en el pecho de su mamá, todas sus necesidades son fácilmente satisfechas (calor, alimento, comunicación, contacto).
Las mamás incrementan las conductas maternales y desarrollan más confianza en sí mismas para el cuidado de sus bebés. Se reduce la ansiedad y disminuye el riesgo de depresión postparto.
Alivia los dolores relacionados al nacimiento, disminuye el riesgo de hemorragias y favorece la contractilidad uterina.
Un momento clave para la Lactancia
En relación a la lactancia, este estado hormonal de la mamá y el bebé hacen que esa hora sagrada sea el momento ideal para el inicio de la lactancia.
El bebé sobre el pecho de su mamá podrá desplegar esos reflejos y capacidades con los que nace que le permitirán reptar hacia la teta de su mamá y familiarizarse con ella (olerla, lamerla) hasta lograr prenderse. Esto se asocia con lactancias con menos dificultades y más duraderas.
Por lo tanto, este tiempo único, de encuentro, de reconocimiento, de miradas entre mamá y bebé no debería ser perturbado nunca, a menos de que mamá o bebé requieran de algún tipo de cuidado especial.
Cuentennos… ¿cómo fueron sus experiencias? ¿se respetó esta hora sagrada? ¿debieron solicitarlo?