Es frecuente ver que las familias se preocupan si sus bebés no aumentan determinada cantidad
de gramos de peso o si conocen niños de la misma edad que sus hijos que pesan más que estos,
pero ¿Qué cosas son importantes saber con respecto al peso de los bebés?:
En los primeros días de vida, bajan de peso, pudiendo perder hasta un 10 % de su peso de
nacimiento, ya que se deshacen del exceso de líquidos en el cuerpo. En los que nacen por
cesárea, ésta perdida puede ser mayor.
¿En cuánto tiempo recuperan el peso de nacimiento? generalmente entre los 7 a 21 días de
vida.
Los bebés alimentados a pecho exclusivo, tienen una ganancia de peso diferente a aquellos
bebés que reciben leche de fórmula.
Los varones tienden a pesar un poco más que las mujeres a la misma edad.
¿Cómo se evalúa el crecimiento del bebé? A través de gráficos (curvas de crecimiento) que
usamos los pediatras y que nos muestran cómo se espera que crezca un niño sano.
El peso es un dato importante para evaluar el crecimiento, pero no es lo único que los
pediatras usamos para ver si lo está haciendo adecuadamente, ya que además
tenemos en cuenta si el bebé está bien hidratado, cómo responde a los estímulos, su estado
de ánimo, el color de su piel, si hace pis con frecuencia, si hace caca, cómo y cuánta teta
toma, cómo está su desarrollo, etc. Si todo esto es adecuado, no deberías preocuparte por
el peso porque cada niño sigue su propia curva de crecimiento.
Una escasa ganancia de peso puede deberse a muchas causas, aunque frecuentemente tan
sólo se trata de una variación de la normalidad.
Hay bebés más grandes, más largos, más chicos y si bien se debe evaluar cada caso en
particular es importante entender que esta variabilidad es normal.
Muchas veces, el poco aumento de peso o su descenso termina siendo el motivo de la
indicación innecesaria de leche de fórmula por parte de los pediatras.
¿Qué se hace si el bebé no sube de peso como se espera? Primero se evalúa la lactancia,
cómo son las tomas, la posición, cada cuánto tiempo, su duración, si es dolorosa. Es
importante mejorar y corregir la técnica de lactancia antes que ofrecer directamente un
suplemento.
En una minoría de los casos es necesario complementar. Para esto, la primera opción
siempre debería ser la leche extraída de la propia madre y si esto no se puede o la mamá no
lo desea se usa la leche de fórmula, siempre indicada por el pediatra, ya que esto podría
interferir con la lactancia materna sin producir un claro beneficio en la salud o en la
ganancia de peso del bebé.
Es importante no valorar el peso como algo aislado y ver a los niños como un todo y no
como un número en la balanza, pues cada niño tiene su propio ritmo de crecimiento y lo
importante no es tanto lo que aumente sino que vaya creciendo sano y feliz.