Durante el embarazo, ocurren diversos cambios en el cuerpo de una mujer, que son incuestionables. Sufrimos una gran transformación corporal a lo largo de los nuevos meses para poder gestar a nuestro bebé.
Menos evidente muchas veces, es el proceso que se inicia a nivel psíquico en la mujer, cuando queda embarazada, y que ocurre en paralelo a los cambios físicos.
Una identidad por construir
Así como el bebé necesita de 9 meses para crecer y desarrollarse, la embarazada necesita de ese tiempo para dar a luz a una nueva identidad: la de mamá. Es decir, no por quedar/estar embarazada, devenimos automáticamente en mamás. Esto requiere de un proceso interno, mental, que se inicia con el embarazo, y se intensifica cuando nace el bebé.
A raíz de este proceso, la mujer experimenta emociones, sentimientos, miedos, ansiedades, angustias, fantasías, preguntas, dudas que posiblemente antes no había tenido. Muchos de estos, a su vez, van variando según la etapa del embarazo que se transite.
La embarazada se pregunta si será capaz de ser madre, qué pasará con su pareja, qué ocurrirá con su trabajo, cómo serán el embarazo y el parto, si su bebé será sano, entre otras.
Además, la relación con su propia madre, o quien haya ocupado esa función, será objeto de intensas reelaboraciones, aunque a veces no nos percatamos de ello. Habrá cuestionamientos respecto a lo que quiere y no quiere para su maternidad: Cómo fue mi crianza? Qué me gustaría repetir y qué no?
Sus sentimientos son contradictorios. A esto lo definimos con el nombre de ambivalencia. Más allá de que el embarazo haya sido buscado y planeado, es común que la mujer, en algunos momentos, se sienta angustiada, triste, con ganas de llorar y con miedo.
El embarazo como crisis
El embarazo es considerado una crisis vital y evolutiva, que marca el comienzo de una nueva etapa en la vida de esa mujer, completamente distinta a su vida anterior. Sobre todo si es el primer bebé, pero aún también con cada embarazo. Dado que es un nuevo bebé, un nuevo momento de la vida, de la pareja, etc.
Por lo tanto, es totalmente esperable que se atraviesen estos cambios en el estado de ánimo. Sin mencionar, todo lo que está ocurriendo a nivel físico y hormonal, que también afecta nuestra vida emocional.
Poner en palabras
El encuentro con otras mujeres que están atravesando la misma etapa es fundamental, ya que permite sentirse aliviadas al descubrir que no se está sola con todas estas intensas emociones, que a veces nos resultan confusas y nos asustan. Poner en palabras lo que nos pasa, lo que sentimos, y encontrar que a otras mujeres les ocurren cuestiones similares, nos permite transitar el camino del embarazo más tranquilas, quitandonos el temor de que lo que sentimos nos hace “malas madres”.
Es importante que podamos romper con el mito del embarazo como una dulce espera, como el momento más feliz en la vida de una mujer, ya que estas cuestiones que circulan social y culturalmente, nos atraviesan y nos impiden, en muchas ocasiones, poder expresar lo que nos pasa mientras gestamos a nuestro bebé.
Y vos ¿cómo transitaste el embarazo? Experimentaste algún cambio emocional? ¡Contanos!